Sin perder su carácter inesperado, el límite entre tú y tu pensamiento desaparece por enésima vez y eres un punto más de la organización conspiradora. El aire sin oxígeno te seduce a dejar de respirar, te sientes mejor en el estado sintético, ahora ni siquiera tienes los cinco sentidos que antes solías reconocer (te han hecho creer que en verdad te incomodaban, que eran el vello que debías arrancar cuando en realidad crecieron contigo para erizarse con tu piel cuando hacía frío, y crearte un aura tibia que te protegiera). Todo fue una ilusión y el anfiteatro de público compuesto por actores ahora te da las gracias, ahora concéntrate y pon mucha atención, acceder a la seducción te permitirá dejarte envolver por la morfina visual que te alimenta al ser lo único que dejan en tu plato, cambiando los colores y formas cada vez, te crea adicción, te engorda de imágenes que proyectan tan solo la idea de alguien más, alguien tan simple y vacío que puede dedicar su esfuerzo a alimentar a la supremacía negativa: el monstruo más grande. Lo alimenta con partículas como tú y no te habías dado cuenta. Algunos escapan cuando el monstruo suda, cuando vomita, cuando su contaminada y putrefacta piel se descama y pellejos pequeñísimos vuelan y van a colarse ahí, bajo su colchón, o flotan para integrar una nube poco densa de polvo que sólo se transparenta cuando la tocan los rayos del sol. También pudiste no haber entrado, siendo la lechuga sin sal ni limón que acompañaba a esos filetes, o el apio que los sirvientes no pusieron en la licuadora mientras preparaban el licuado matutino.
Soy una partícula de piel, esa ventana que pretende ayudarte a comprender que afuera está el sol, aunque dentro de tus cuatro paredes perfectamente irregulares el aire no tenga luz. Mi mayor pretensión es hacerte sentir el frío cuando es de noche, la fresca lluvia golpeándote gota a gota, la tibieza de las 5 de la tarde, la vibración de una canción, la estática de un globo frotado en la cabeza, las fibras de una servilleta… y que al sentir… el sistema nervioso reaccione y coordine su reacción, entonces el monstruo aspiraría a ser una entidad coherente y en homeostasis; eliminar la celulitis de sus chaparreras y sentir la sangre fluir como lo hace la vida cuando desenraizamos los químicos y las aleaciones del suelo.
Soy una partícula de piel, esa ventana que pretende ayudarte a comprender que afuera está el sol, aunque dentro de tus cuatro paredes perfectamente irregulares el aire no tenga luz. Mi mayor pretensión es hacerte sentir el frío cuando es de noche, la fresca lluvia golpeándote gota a gota, la tibieza de las 5 de la tarde, la vibración de una canción, la estática de un globo frotado en la cabeza, las fibras de una servilleta… y que al sentir… el sistema nervioso reaccione y coordine su reacción, entonces el monstruo aspiraría a ser una entidad coherente y en homeostasis; eliminar la celulitis de sus chaparreras y sentir la sangre fluir como lo hace la vida cuando desenraizamos los químicos y las aleaciones del suelo.
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lalalaaa... gracias por su visita